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Motivos para reaccionar 

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El fútbol es uno de los deportes más resistentes a la aceptación de la diversidad LGTBI

La mayoría de los casos de deportistas relevantes que han salido públicamente del armario están relacionados con deportes individuales y, en muchos casos, minoritarios.  El hecho de que se trate de un deporte de equipo y que su repercusión social y mediática sean enormes, hace del fútbol una de las disciplinas menos propicias a la aceptación de la diversidad. La presión de los patrocinadores, el miedo al acoso por parte de compañeros de equipo o de sufrir insultos de contrincantes o el público, impiden que exista un clima de libertad que favorezca la libre expresión de la orientación sexual. El heteromachismo ocupa una posición dominante en el fútbol, convirtiéndolo en uno de los ámbitos deportivos más impermeables a la aceptación deportistas LGTBI. En el fútbol está muy fijada la idea de que el deportista debe hacer gala de una virilidad y fortaleza que resulta incompatible con tener una orientación diferente a la heterosexualidad.

2

Los estadios y campos de fútbol no son espacios seguros, ni representan la diversidad

Actualmente, los campos de fútbol son espacios hostiles y en ocasiones, inseguros, para aficionados LGTBI que asisten a animar a sus equipos. Según el estudio británico de 2015 Out On The Fields, The First International study on Homophobia in Sports, el 85% de los consultados (incluidos los heterosexuales) creen que una persona abiertamente gay, lesbiana o bisexual no estaría muy seguro como espectador en un evento deportivo.

En nuestro país no existen estudios específicos al repecto, pero según el Informe de 2014 del Ministerio del Interior sobre Evolucion de los delitos de odio en Espana, los más denunciados (513) fueron los motivados por la orientacion sexual de las personas, muchos de ellos acaecidos en campos deportivos. Además, el mismo informe referido a 2015 señala que en los campos de fútbol e instalaciones deportivas se produjeron 94 indicentes relacionados con los delitos de odio.

 

3

La invisibilidad de los futbolistas homosexuales como negación de una realidad

A diferencia de lo que ocurre en Reino Unido o Alemania, en España son muy escasas las muestras expresas de posicionamiento contra la LGTBfobia por parte de figuras relevantes del mundo del deporte. Los pocos casos de personas valientes y comprometidas que se han pronunciado en favor del repeto a la diversidad LGTBI han constituido un ejemplo positivo e inspirador para muchos otros deportistas que necesitaban apoyo para liberarse y vencer los miedos y tabúes existentes.

Actualmente, existen miles de futbolistas profesionales en España, de los cuales más de 500 estarían jugando en la Primera División. De entre todos ellos, ninguno se ha declarado homosexual. Y eso no es una casualidad, es la negación de una realidad. 

El fútbol, el deporte más popular e influyente.

El fútbol es, sin dudas, el más influyente y popular de todos los deportes en nuestra sociedad. Su éxito se extiende, no sólo en su modalidad competitiva y de élite, sino también como deporte de base practicado por personas de todas la edades y estratos sociales.

Además, más allá de constituir una disciplina deportiva ampliamente practicada, tiene una dimensión enorme como espectáculo. Todos los fines de semana multitudes de hinchas entusiastas, tanto hombres como mujeres  se reunen en los estadios de fútbol y siguen los partidos por televisión y radio. Todo ello convierte el fútbol en un fenómeno social hegemónico.

Sin embargo, a pesar de la enorme diversidad que existe entre las y los amantes del fútbol, éste ha hecho poco para ser integrador e inclusivo, especialmente para las lesbianas, gays, transexuales y bisexuales. Es habitual que las personas con una orientación sexual diferente sientan incomodidad en los entornos futbolísticos, teniendo que soportar todo tipo de discriminaciones homofóbicas, desde bromas hasta el rechazo directo, tanto de compañeros de equipo como de responsables de clubes o por los propios hinchas.

 

El fútbol, deporte rey en Europa y muchos otros países del mundo, es uno de los ámbitos más conservadores de la sociedad, manteniendo valores tradicionales sobre la masculinidad heterosexual. Aún parece que los futbolistas deben ser “hombres duros”, mostrar fuerza y agresividad. Mucha gente en el ámbito del fútbol (deportistas, directivos, afición,…) consideran que los hombres gays no encajan en este modelo, al mismo tiempo que las mujeres aún tienen que luchar para ser reconocidas en condiciones de igualdad.

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